la alta dirección corporativa
¡APESTA!
Tuesday, January 31, 2006
Saturday, January 28, 2006
Hace mucho que no escribo aquí, y hoy he sentido la estricta necesidad de hacerlo.
Muchas veces nos cuestionamos cual es el sentido, objetivo, meta, fin de la vida; para qué estamos aquí, qué buscamos qué perseguimos, y lo único que me ha respondido esa pregunta es: ser feliz.
La felicidad no es el tener mucho dinero, no es tener un súper puesto en alguna compañía o ser el centro del mundo; es (para mi) levantarte en la mañana tranquilo y a gusto con lo que haces, con lo que eres, con lo que tienes. Es disfrutar cada día en tus actividades, entregarte a éstas, cansarte, presionarte; pero no estresarte, despertar en las noches preocupado, entregar tu vida y salud por algo que sólo te dará la satisfacción de tus necesidades físicas, monetarias, materiales, pero no las del alma, espíritu, corazón.
Podrá sonar conformista, pero creo que cada cosa que hacemos, no importando la dimensión, ¡es grande! Y si eso nos hace felices entonces es un sueño hecho realidad y para eso no hay medida.
Hoy decido salir de los parámetros de la cautela, de mi cautela, y digo: ¡al diablo! Y voy a hacer algo que me guste, algo que me llene, algo que me haga feliz. Perseguir mi sueño y traerlo a la realidad, y hacer algo grande, hacer mi espíritu grande.
(perdón por el plagio de término pero quiero tomar lo bueno que aprendí)
Muchas veces nos cuestionamos cual es el sentido, objetivo, meta, fin de la vida; para qué estamos aquí, qué buscamos qué perseguimos, y lo único que me ha respondido esa pregunta es: ser feliz.
La felicidad no es el tener mucho dinero, no es tener un súper puesto en alguna compañía o ser el centro del mundo; es (para mi) levantarte en la mañana tranquilo y a gusto con lo que haces, con lo que eres, con lo que tienes. Es disfrutar cada día en tus actividades, entregarte a éstas, cansarte, presionarte; pero no estresarte, despertar en las noches preocupado, entregar tu vida y salud por algo que sólo te dará la satisfacción de tus necesidades físicas, monetarias, materiales, pero no las del alma, espíritu, corazón.
Podrá sonar conformista, pero creo que cada cosa que hacemos, no importando la dimensión, ¡es grande! Y si eso nos hace felices entonces es un sueño hecho realidad y para eso no hay medida.
Hoy decido salir de los parámetros de la cautela, de mi cautela, y digo: ¡al diablo! Y voy a hacer algo que me guste, algo que me llene, algo que me haga feliz. Perseguir mi sueño y traerlo a la realidad, y hacer algo grande, hacer mi espíritu grande.
(perdón por el plagio de término pero quiero tomar lo bueno que aprendí)
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